Mundos Freakticios

Cine y literatura con un puntillo freak.

6/24/2006

La dama del alba

Tenía pensado cambiar la dinámica del blog, por eso de no estancarme en un modelo, pero entonces caí en la cuenta del día en que estamos y supe que esos planes deberían retrasarse al menos una entrada para que pudiera publicar hoy el comentario de "La dama del alba" (Alejandro Casona, 1944).

Si se hiciera una encuesta para nombrar los mejores escritores de literatura fantástica españoles, estoy seguro de que el nombre de Alejandro Casona no aparecería en la lista. La razón es muy simple, lo que el escribía era teatro y claro, ése es un mundo diferente por completo. Pues no, Casona (su verdadero apellido era Rodríguez, se decidió por ese pseudónimo pues vivía en una "casona" en su Asturias natal) es uno de los más grandes escritores fantásticos españoles, pese a quien pese (no creo que él mismo se reconociera bajo esta etiqueta, pero ahí están los temas que trata para avalar esta idea).

En muchas de sus obras se contraponen realidad y fantasía, aunque de un modo tal que ambas vertientes, más que anularse, se refuerzan la una a la otra. Crea mundos donde los elementos mágicos hacen que el drama humano brille, atrapando al espectador tanto por la novedad y belleza de la fantasía como por la cotidianeidad de los personajes, que nos son cercanos y creíbles.

Mi primer contacto con la obra de Casona no parecía muy propicio para atrapar mi interés, ya que se debió a una de esas lecturas obligatorias de la escuela (en los felices años en que me tragaba dos o tres novelas a la semana). No recuerdo otro caso de verme interesado por una lectura impuesta. No sé si eso se debe a la pésima elección de títulos y autores (soy de la opinión que en la escuela debería despertarse el gusto por la lectura, no asumir que los libros que se den a leer serán los únicos que el alumno ojeará en toda su vida, por lo que hay que embutirle tantos clásicos inadecuados a su edad e intereses como sea posible), o a cierta predisposición en contra de cualquier texto que me forzaran a leer. El caso es que cierto curso, no recuerdo cual, nos propusieron dos obras de Casona: "La dama del alba" y "La barca sin pescador". He de reconocer que de ambas, es la segunda (una historia de pecado y redención, con el diablo de por medio) la que más me atrapó, pero como acabé quedándome con la primera, es la que he releído desde entonces y, desde luego, no se queda muy atrás.

Pese a que la escribió en Buenos Aires (exiliado tras la guerra civil, no volvería a España hasta los años 60), "La dama del alba" está ambientada en su Asturias natal, y bebe de sus leyendas, teniendo particular importancia, como no, la Noche de San Juan. El tema central de esta obra en tres actos es la muerte, su función en la vida y el efecto que produce en quienes la sufren en la persona de un ser querido. Y la muerte es (literalmente) un personaje más de la historia.

La muerte como entidad palpable, temida e incomprendida, prisionera ella misma de su labor, melancólica e imparcial. La muerte también como idea, como incertidumbre que ahoga la felicidad de aquellos cuya vida trastoca. La muerte incluso como solución, como mano amiga, como compañera de juegos y vía de redención, punto de cierre para abandonar el pasado y enfrentar el futuro. Casona logra lo (casi) imposible, componer con este tema una historia hermosa e inspiradora. Hay diálogos magistrales (de los de ponerse en pie y aplaudir... si te lo permitiera el nudo en las tripas), personajes definidos a la perfección y, sobre todo, magia en el ambiente (del tipo doméstico, casi de andar por casa, y por ello más sentida).

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