Mundos Freakticios

Cine y literatura con un puntillo freak.

6/19/2006

Pitch black

Hay películas capaces de lanzar a su protagonista al estrellato y suelen ser aquéllas que nadie, y mucho menos el principal interesado, hubieran podido imaginar. Tal es el caso de Vin Diesel y "Pitch Black" (David Twohy, 2000).

"Pitch black" aterrizó por sorpresa en las pantallas de todo el mundo. Era una producción modesta (23 millones de presupuesto), con director y actores poco conocidos y, por añadidura, de ciencia ficción, variante monstruos alienígenas (claramente en la estela de "Alien"). Para que una película así funcione necesita algo que la diferencie de las docenas de películas de género de bajo presupuesto que todos los años se pelean por un mordisco en las taquillas que les garantice una larga y próspera vida en el mercado doméstico. "Pitch black" contó principalmente con dos: un personaje atrayente (Riddick) y un concepto con posibilidades narrativas y visuales (la luz como protección frente a las criaturas de la oscuridad). Después hay que jugar bien las cartas, algo que Twohy logra con maestría.

A grandes rasgos, la película no presenta nada nuevo bajo el sol (bajo los tres soles, de hecho). Hay un grupo heterogéneo de supervivientes a una catástrofe, que tienen que colaborar para sobrevivir. Tampoco es novedoso que se vean obligados a confiar en un criminal (recurso clásico donde los haya, véase, por poner sólo un ejemplo, "El diablo a las cuatro", 1961). Claro que en los tiempos que corren, los "buenos" están menos definidos y todos parecen esconder alguna culpa (menos los que sólo sirven de carnaza). Lo que ya no resulta tan habitual es lograr un personaje de la talla de Richard B. Riddick, convicto, asesino, amoral, frío, práctico y con ojos destellantes. La película no hubiera sido ni la mitad de exitosa con otro actor dándole vida. Al parecer, se llegó a rodar un final en el que Riddick moría, pero los productores llegaron a la conclusión de que era una pena desperdiciar un personaje como el suyo, así que impusieron el cambio de víctima sacrificial (en estas películas deben sobrevivir cuantos menos mejor).

En cuanto a la luz... Es casi un personaje más. El desierto (australiano, para más señas) es iluminado por tres soles con espectros diferentes, obteniéndose un gran efecto gracias a una técnica especial de revelado que quemaba ligeramente el celuloide. Las escenas celestes, incluyendo la del gran eclipse, son majestuosas (aunque bastante poco acertadas desde un punto de vista de astrofísico). Entonces llega la oscuridad, y la luz artificial (linternas, neón, fuego, bioluminiscencia) se convierte en un elemento que separa la vida de la muerte, la seguridad del terror, y que va desvaneciéndose poco a poco (hay que ver la de formas que pueden urdirse para extinguirla de forma angustiosa). Ante la muerte los ánimos se exacerban y surge lo que cada uno lleva dentro.

Riddick de noche es otro monstruo. Su visión modificada le permite contemplar al enemigo como destellos de luz y su corazón de asesino le permite enfrentarse con ellos cara a cara (de forma literal). Aquí tengo que hacer referencia a la magnífica (como siempre) labor del diseñador de criaturas (sí, éste es su título oficial): Patrick Tatopoulos. Hablando de visiones modificadas, gran hallazgo también la forma de mostrar la orientación por sónar de las criaturas (ciegas, por supuesto).

David Twohy, como ya he apuntado, no presenta nada excepcionalmente novedoso (y para aquellos a los que les suene la historia del eclipse, tal vez por habérsela leído a Asimov, el título de trabajo de la película era "Nightfall"), pero lo hace con energía y suficiente inventiva visual para que nos preocupemos por los personajes y nos metamos en su piel. Eso y conocer las limitaciones lo suficiente como para transformarlas en virtudes es todo lo que hace falta para destacarse. Bueno, sí, contar con Vin Diesel tampoco hace daño.

1 Comments:

Blogger Frikihippy said...

interesant =)

7/28/2006 1:44 PM  

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