Mundos Freakticios

Cine y literatura con un puntillo freak.

6/18/2006

El invencible

El pasado marzo murió Stanislav Lem, uno de los maestros de la ciencia ficción más universalmente reconocidos (aunque él mismo se hubiera distanciado del género). Este reconocimiento tiene más mérito si cabe debido a un pequeño detalle: Lem era polaco y escribió sus libros más famosos en su lengua y en tiempos del telón de acero. Las historias de Lem, pese a la idea que podría sacarse a priori tras leer un resumen de ellas, son cualquier cosa menos tópicas. Un buen ejemplo de ello es "El invencible" (1964).

El Invencible es una nave estelar, un crucero equipado con las armas más poderosas que jamás haya creado el hombre, un vehículo para la exploración y, de ser necesaria, la conquista. Su misión consiste en averiguar las causas de la desaparición de su hermana gemela, el Cóndor, en un planeta insignificante. Los expedicionarios encuentran ruinas de antiguas ciudades, desiertos inhóspitos y los restos de su antecesora. También se encuentran con un "adversario" inesperado, una fuerza capaz de destrozar con igual eficacia la masiva coraza de su nave y sus propias mentes. Tras el planteamiento, la novela sigue las peripecias de Rohan, el primer oficial de la nave, por entender el misterio de la fuerza que se les opone y, en última instancia, encontrar la forma de derrotarla.

Existen grandes paralelismos entre esta obra y "Solaris" (1961), la más famosa de Lem gracias a sus adaptaciones cinematográficas. En ambas, se plantea un contacto entre el hombre y una fuerza (¿inteligencia?) alienígena, y ambas llegan a conclusiones semejantes. De las dos, me quedo con "El invencible", aunque sólo sea porque el contacto llega un paso más lejos, hasta la compresión de la génesis del otro (el planeta Solaris es un ente absolutamente incomprensible, el perfecto alienígena, un misterio contra el que la mente humana se estrella de forma irremediable, siendo éste el motivo principal de la obra; aspecto, por cierto, que la reciente película de Steven Soderbergh se pasa por el forro). Lem, a través de las reflexiones de Rohan, nos muestra una posible evolución de la vida (entendida de forma muy amplia), que no tiene por qué avanzar necesariamente en la dirección que conduce a formas más reflexivas e inteligentes.

No quiero entrar en detalles sobre sus averiguaciones ni sobre las conclusiones que de ellas se derivan por lo que respecta a la misión de la Invencible. Ir descubriéndolo todo al lado de Rohan es uno de los placeres que depara esta corta novela. Sólo apuntaré que es plenamente satisfactoria tanto desde un punto de vista formal (es Lem, esto se sobreentiende), como intelectual (a su vez con varias facetas y tocando varios de los temas clásicos de la ciencia ficción).

Tras dejarme frío "Solaris" y aborrecer "Diarios de las estrellas" (no soporto los cuentos alegóricos o satíricos), "El invencible" supuso una agradable e inesperada sorpresa. Una de las mejores novelas de ciencia ficción que he leído nunca.

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