Mundos Freakticios

Cine y literatura con un puntillo freak.

6/13/2006

El señor de la rueda

Imaginad un mundo, todo él surcado por autopistas recorridas a gran velocidad por castillos rodantes habitados por caballeros y damas, asistidos por escuderos robóticos, cuyo único objetivo en la vida es justar y disfrutar de los placeres de la buena mesa y de los lances de almohada. Sí, es difícil de concebir, pero eso precisamente es lo que ofrece "El señor de la rueda" de Gabriel Bermúdez Castillo (1986).

Pocas novelas podrán hacerte disfrutar tanto como esta obrita que se mueve siempre al borde del surrealismo y en la que lo menos importante es la explicación (que la tiene). La auténtica experiencia consiste en sumergirnos en la curiosa sociedad recreada (tal vez con algún misterioso fin), donde no tienen cabida los rencores ni los celos y donde toda la vida transcurre entre los restringidos límites de unos extraños vehículos. Destaca sobre todo el particular humor de que hace gala, con expresiones tan impagables como "recitaba delicados versos obscenos" o costumbres pintorescas como dedicar libidinosas miradas de cortesía a las bellas damas.

A grosso modo, se trata de la típica historia del rito de madurez, ya que seguimos las aventuras del recientemente nombrado caballero Sir Pertinax, mientras cosecha sus primeras victorias en el campo de honor y en el tálamo. Le acompañan su viejo mecanoservus Mágico y una misteriosa dama a la que sube a su castillocar (sólo un "patito" como corresponde a un neófito) tras encontrársela ¡andando! Contar mucho más de la novela sería contraproducente, ya que acabaría con el placer de descubrirlo en persona. Tan sólo apuntar que, como no podía ser de otra forma, existe la imprescindible leyenda sobre el mayor caballero de la historia, que regresará de entre las brumas del pasado para guiar a los suyos a una nueva vida. Lo cual, si se me permite esta pequeña crítica, es una pena, ya que los protagonistas de "El señor de la rueda" hacen gala en todo momento, en su extraña y compleja vida, de una energía y una alegría envidiables.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home