Mundos Freakticios

Cine y literatura con un puntillo freak.

6/14/2006

Sin miedo

Sin miedo, sin sentido, sin vergüenza, sin tantas cosas...

En fin, que aquí estoy tras sufrir la última película de tortas de Jet Li (literalmente la última, según propia confesión). Para proporcionar un poco de información adicional, esta Fearless (Huo Yuan Jia), dirigida por Ronny Yu y ambientada en la China colonial (circa 1900), costó la nada desdeñable cifra de 19 millones de dólares (más que "Tigre y dragón", por ejemplo). Se supone que debía salir también Michelle Yeoh, pero todas su escenas fueron eliminadas con la excusa de problemas de ritmo (y yo me pregunto si la polémica en torno a su participación en "Memorias de una geisha" no habrá tenido nada que ver).

En pocas palabras, la peli es una exaltación del nacionalismo más rancio (no importa de qué país o cultura, en este caso la china, sea apologética), donde una oveja descarriada, cegada por el orgullo, que retorna al buen camino a tiempo para patear unos cuantos culos extranjeros (y tengo la sospecha de que la edición para el mercado internacional disimula algo esta tendencia). En realidad, esto tampoco tendría que ser un problema excesivo. Allá cada cual con sus neuras. Lo imperdonable es que además es de una torpeza de ejecución deplorable.

Veamos... La historia: Tópico tras tópico. Y lo peor es que aúna tópicos del cine oriental y tópicos del cine occidental (no en vano Ronny Yu ya tiene algo de experiencia en los EE.UU.). Por el trailer esperaba algo así como un nuevo "Contacto sangriento" (es decir, un torneo de artes marciales, con apenas una excusa por guión y adrenalina por un tubo). Nada de eso. El neófito guionista trata de contar una historia profunda de caída y redención, lo cual hubiera podido constituir una novedad de no ser porque podéis obtener más profundidad escupiendo al suelo. Jet Li es al principio un malo de comedia bufa y tras el periodo de renovación espiritual la Madre Teresa de Calcuta (aunque sin demasiados reparos para seguir dándole a los puños). ¡Por favor...! Podemos pasarnos perfectamente sin estúpidos monólogos si todo lo que hay que ofrecer es falsa trascendencia y delirios de significancia. Por cierto, los herederos del tal Huo Yuan Jia han demandado a la productora, no sólo porque no dé pie con bola o porque reinvente la vida de su ancestro, sino por olvidarse de los cinco hijos que dejó a su muerte (por reacción adversa a una medicina contra la tuberculosis, administrada, sí, por un japonés).

La acción: Pues tampoco. Yuen Woo-Ping, empieza a vérsete el plumero. La novedad del wire-fu tuvo su gracia (en occidente) hace unos años, pero ya empezamos a cansarnos de movimientos físicamente imposibles y acrobacias inverosímiles. Se entiende que a sus cuarenta y pico años Jet Li ya no está para determinados movimientos, pero recurrir a trucos burdos lo único que hace es poner de manifiesto su declive. Particularmente falsa resulta la pelea entre Huo Yuan Jia (Li) y Hercules O'Brien (Nathan Jones, una mala bestia de 2,12 y 160 kilogramos de peso). En ningún momento te crees la victoria del pequeño saltamontes. Mucho mejor las peleas con armas (cuando se abstiene de saltos y virguerías innecesarias).

Actuación: ¿Actuación? Dejémoslo ahí.

En fin, una pérdida de tiempo y dinero. Dentro de la acción absurda, me quedo mil veces con la estrella emergente de Tony Jaa. Sus películas tienen tan poco sentido como "Sin miedo", pero Tony reparte que da gusto (salvo a los que reciben) y su director, Prachya Pinkaew, no deja que la trascendencia for dummies lastre las películas.

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