Después del truño/estafa de la segunda misión no tenía previsto contribuir a seguir engordando los bolsillos de Tom, pero no siempre se cumplen nuestras previsiones.
La verdad es que MiIII no me ha desagradado... ni tampoco me ha entusiasmado. Es una película de acción que se deja ver. No aporta nada nuevo, ni ninguna de sus escenas pasará a la historia del cine, pero tampoco supone un insulto al espectador (como sí que lo era la entrega de John Woo) y durante casi todo su metraje entretiene, que no es poco. Ahora bien, conociendo algunos datos económicos resulta inevitable plantear una pregunta: ¿De verdad hacían falta 150 millones para rodar este capítulo de televisión sobredimensionado?
La escalada presupuestaria a la que asistimos estos últimos años es de locos. Hace un par de semanas, las cinco películas más taquilleras en EE.UU. habían costado de producir en conjunto unos 725 millones de dólares, a los que habría que añadir 200 para la publicidad y otra millonada en copias distribuidas, dejémoslo en 1.000 millones peladitos (lo cual será, a buen seguro, una subestimación). Parafraseando a Obelix: Están locos estos californianos.
Analicemos el caso concreto de "Misión imposible III".
Parte de la acción transcurre en Alemania (una zona industrial, nada que sea significativo), en Ciudad del Vaticano (mayoritariamente interiores que podrían rodarse en cualquier lugar y unos cuantos planos en el exterior, incluyendo alguna toma en Roma), los Cayos de Florida (para una escena que ya rodó, y mejor, James Cameron en "Mentiras arriesgadas") y Shanghai. De acuerdo, eso encarece un poco, pero tampoco es nada espectacular. "El mito de Bourne" (una película muy superior), con la mitad de presupuesto, se rodó en Berlín, Moscú, Napoles y la India.
Cruise suele cobra un 25+25 (es decir 25 millones fijos más un 25% de los beneficios). Del resto del reparto, el único que podría esgrimir pretensiones económicas modestas es Ving Rhames (por eso de servir de nexo entre las tres entregas). Todos los demás, agradecidos incluso por participar en una película-evento. Respecto a J.J. Abrams... de acuerdo, mucho "Alias" y mucho "Perdidos", pero es su primer trabajo para la gran pantalla y fue el tercer director asignado al proyecto; no es que estuviera en posición de pedir demasiado.
¿Efectos especiales de vanguardia? No. Lo normal: unos cuantos helicópteros, algunas explosiones, disparos, quizás alguna maqueta o, con mayor probabilidad, algún matte painting digital.
¿Recreación de época? Nada de nada. Podría estar ocurriendo (es un decir) ahora mismo.
Así pues... ¿En qué se han gastado el dinero? Sólo se me ocurre que en pijaditas del estilo de: "Ese montón de chatarra me lo movéis dos palmos a la derecha para que quede más cuco el encuadre". Si no, no me lo explico. Ya he mencionado "El mito de Bourne", pero ¿sabéis que otra película reciente de similares características ha costado también 75 millones? Pues "Munich", de Spielberg. Siendo generoso, yo hubiera presupuestado MiIII, según el guión final, en 100 millones, y ahora estaríamos hablando de un éxito moderado y no de un "cubrimos gastos". La única razón "lógica" que encuentro a todo el asunto es que el despropósito de John Woo costó 125 millones y, ¿cuándo se ha visto que la secuela de un éxito cueste menos que la entrega anterior? (en el caso de las pelis de Bourne, si no menos, sí igual, pero no es la norma).
Tal vez vaya siendo hora de dejarse de tonterías y meter en la cabeza de los directores que sí, que mucho arte, pero lo del cine es un negocio y gastar por gastar es estúpido. Dedicándole un poco más de ingenio y conteniendo el ego, seguro que no hace falta construir una réplica exacta del Taj Mahal en caoba y fresno para la escena del tiroteo; buscando un poquito seguro que aparece algúna localización igual de molona y más económica. Es una lección que tienen todos bien sabida cuando empiezan y apenas cuentan con cuatro duros, así que tienen que exprimirse las meninges para hacerlos brillar, pero que parecen olvidar en cuanto alcanzan la fama. Claro que también puede ser cosa de los productores, que sufren incontinencia. Es una regla no escrita que toda película costará, como poco, exactamente tanto dinero como le haya sido presupuestado. Siempre hay alguna toma donde quedarían de fábula unos cuantos miles de pavos extras. Hala, un ejercicio para todo director desmesurado, que se vea "Sesión 9" para aprender cómo hacer lucir millón y medio, y que lo aplique a su producción cien veces más onerosa.
Vaya, creo que me he desviado un poco del tema original del post. Tendrá que ser un comentario rápido.
MiIII es una película de espías resultona. Sus mejores momentos son aquellos que muestran las aparatosas incursiones de Ethan Hunt y su pandilla y los peores, sin duda, los que pretenden mostrarnos en toda su empalagosa gloria la tierna historia de amor entre Ethan y Julia; la acción no rompe ningún esquema, pero está bien resuelta (menos en el ataque al convoy); la trama es simplona, pero lo disimula con solvencia, ofreciendo un espejismo de complejidad que aguanta un escrutinio ligero (por favor, dejen el cerebro en la entrada, así disfrutarán más); por último, los diálogos, de tanto en tanto, muestran ciertas trazas de inteligencia (es una pena que muchas réplicas ingeniosas queden un tanto forzadas), inconsecuente, por desgracia, como toda la película. ¡Ah!, como puede apreciarse por los pósters, todo el proyecto está ejectuado a la medida del ego de su protagonista/productor.
Para quien desee disfrutar de verdad con una cinta que ofrezca todo cuanto MiIII promete (y bastante más), en lo que respecta a complejidad, inteligencia de la trama y valores cinematográficos, que no dude en brindarle una oportunidad a "Spy Game" (Tony Scott, 2001) que, por cierto, costó 92 millones.